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Juárez contra AMLO

"Yo me inspiro en ese gran Presidente, Benito Juárez..."

Andrés Manuel López Obrador,

Ocotlán, Jalisco, 2 de junio de 2006.

La renovación del Poder Ejecutivo Estatal en Puebla en 1867 dio pie a un conflicto postelectoral. En los comicios celebrados a fines de ese año contendieron Rafael J. García (gobernador interino que renunció al puesto para participar, y resultó el ganador), Ignacio Romero Vargas y el general Juan N. Méndez. La elección fue puesta en tela de juicio porque, desobedeciendo a la autoridad militar, el general Méndez se había marchado a la Sierra de Puebla a lanzar su candidatura sin solicitar permiso al Ministerio de Guerra. La intención de la inconformidad era dar tiempo al general Méndez para presentar en orden su renuncia a aquel Ministerio y contender, de nueva cuenta, con todas las de la ley. El Congreso del Estado de Puebla declaró nulos los comicios.

Aun cuando el ganador, Rafael J. García, era un viejo amigo de Benito Juárez, no logró que el Presidente interviniera en modo alguno en la resolución soberana del Congreso estatal (órgano supremo que calificaba de manera final e inapelable las elecciones). Ante la protesta personal de García, Juárez se limitó a apostillar: "Enterado con sentimiento de lo que pasa en el estado con motivo de las elecciones. Con tal de que no se use de las vías de hecho, creo las cosas podrán irse arreglando." (Nota autógrafa de Juárez en la carta que le dirigió Rafael J. García desde Puebla el 29 de noviembre de 1867.) Tras la celebración de las nuevas elecciones, se refrendó el triunfo de García. El Congreso del Estado de Puebla lo declaró gobernador constitucional, y él tomó posesión de su cargo el 16 de febrero de 1868. Sin embargo, en la región serrana de Puebla, lugar de origen de Méndez, se presentaron algunos amagos de rebelión impulsados por el candidato perdedor y quizá relacionados con otros movimientos subversivos (muy comunes en la época) como el encabezado en la capital por el general Miguel Negrete. En ese momento, el presidente Benito Juárez apeló a los inconformes a respetar la elección ya sancionada por el Congreso del Estado:

"Hoy, que ya se ha electo el gobernador, es un deber de todos aceptar al escogido, sea el que fuere, sin pretender apelar a las armas y sin promover escándalos de ninguna especie, pues las leyes tienen para todo el remedio sin necesidad de apelar a la fuerza." (Juárez al general Juan Francisco Lucas. México, febrero 19 de 1868.)

Al mismo tiempo, y siempre apegado a la ley, Juárez recomendó al nuevo gobernador de Puebla respetar el derecho de petición y prestar oídos a las quejas provenientes de los pueblos de la Sierra. Los inconformes argumentaban la desatención de la Legislatura a sus reclamaciones sobre trámite de las actas de elección:

"Es necesario demostrar con hechos que no tiene empeño la Legislatura del estado, ni interés particular de ningún género, en desoír las peticiones de los pueblos y debe, por lo mismo, recibir las actas de todos los distritos para resolver la cuestión en los términos que señala la ley. Nadie tendrá después el derecho de quejarse porque todos aceptarán el mandato de la ley ..." (Carta de Juárez al gobernador Rafael J. García, México, 25 de abril de 1868.)

En este contexto de protestas en la Sierra de Puebla, Juárez respondió a una misiva enviada desde Zacatlán por Vicente Márquez, personaje que tenía mando de tropas y había sido acusado de rebelión. En su carta a Juárez, Márquez le había manifestado su adhesión. El 25 de mayo de 1868, Juárez le responde dando crédito a la profesión de lealtad, pero acto seguido lo reconviene en términos claros y terminantes: "Los pueblos -apunta el Presidente- están cansados ya de escándalos estériles y... desean conservar inalterable la paz, sin la cual no habrá progreso posible para el país." Por eso rechazaban a los "revoltosos", cuyo único propósito era "medrar en la revolución". El Presidente agregaba que la Legislatura debía recibir todas las actas y llegar a una resolución. Pero a partir de ese momento -señala con firmeza- "creo también que deben todos respetar esa resolución, sea cual fuere, porque, de otro modo, jamás se hará efectivo entre nosotros el mandato de la ley". Juárez deseaba que se respetaran "las autoridades legalmente constituidas, porque de otro modo no habrá gobierno posible en nuestro país". La carta concluía con una frase memorable:

"Jamás podrá verificarse, ni aquí ni en ninguna parte del mundo, una elección, sea cual fuere, que sea igualmente agradable para todos; pero deber es y deber sagrado aceptarla, cuando cuenta con la sanción y el voto de la mayoría; de otra manera, serán una farsa entre nosotros, el principio democrático y el Gobierno republicano."

La vía del derecho triunfó sobre las vías de hecho. Privó el mandato de la ley. La resolución soberana del Congreso local se respetó. Rafael J. García fue gobernador constitucional del estado de Puebla durante el período 1868-1869.

Reforma

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